miércoles, 27 de julio de 2011

Discurso de orden con motivo de la imposición de la orden precursores a Arquitectos, Urbanistas e Ingenieros, así como botones de reconocimiento al trabajo en dichas áreas profesionales

Señoras, Señores
Buenos días
Es justicia comenzar estas palabras agradeciendo la iniciativa y las circunstancias que nos reúnen aquí hoy;  agradeciendo la oportunidad de compartir nuevamente con profesores, colegas, amigos y conocidos; agradeciendo el que se me permita participar de un evento como este, en el cual se reconoce la labor y trayectoria de instituciones y personas que han contribuido a crear, transmitir y poner en práctica conocimiento y recursos para hacer mejores nuestras ciudades, que es el lugar donde viven nueve de cada diez venezolanos.
Esos mismos venezolanos que siguen reclamando mejores condiciones para su desarrollo personal y colectivo. Esos mismos venezolanos que siguen exigiendo de sus autoridades y de quienes, como nosotros, hemos tenido la oportunidad de formarnos en materias intrínsecamente relacionadas con la construcción de un país, un lugar sano, seguro, decente, digno, confortable para compartir, descansar y producir.
Y es importante comenzar estas palabras, en tiempos de tantas noticias negativas, de tanta desinformación, diciendo que sí se puede, que no es justo hacer oídos sordos a tales reclamos de nuestra sociedad, porque sí es posible, con el concurso de todos, con respeto, con generosidad, con orden, con profesionalismo, dar respuesta a lo que nuestra sociedad ha reclamado durante tantos años y sigue reclamando, con justicia, hoy en día.
Hace más de veinte años que el profesor Víctor Fossi nos explicó, a nosotros, los que éramos entonces sus alumnos del taller de urbanismo en la Universidad Simón Bolívar, que planificamos para hacer que pasen cosas que no van a pasar por sí solas.
Y luego de más de dos décadas de escuchar aquella frase y enfrentados a los tiempos que nos ha tocado transitar, seguimos teniendo por delante el enorme reto de ofrecer a los hombres y mujeres de estas tierras las condiciones idóneas para su desarrollo, de planificar,  producir y mantener para los ciudadanos de este país los espacios públicos, servicios y viviendas necesarias para su desarrollo individual y colectivo.
Nuestra sociedad, esa sociedad que exige un futuro mejor, tiene la fuerza para lograrlo y tiene en nosotros, sus profesionales, instrumentos útiles para tal fin. Porque es necesario reivindicar la importancia del conocimiento técnico y la experiencia en la toma de decisiones, así como es necesario reivindicar  la importancia de la planificación como herramienta para la construcción de ese futuro mejor con el que todos soñamos.
Volviendo a la frase del profesor Fossi, tenemos el enorme reto de hacer que pasen cosas en nuestras ciudades que no van a pasar por sí solas, es decir, cosas que requieren de nuestro esfuerzo, de nuestra creatividad, de nuestra constancia, de nuestra responsabilidad, de nuestra solidaridad.
Venezuela no está condenada al éxito, como dijo alguien tiempo atrás; pero sí tiene la oportunidad de alcanzarlo y, nosotros, como profesionales de la arquitectura, el urbanismo, la ingeniería, tenemos el enorme reto de ayudar a lograr los cambios necesarios que nuestra sociedad reclama, y ello solo será posible si nos encontramos en lo común,  por encima de los intereses mezquinos; si tenemos la fuerza para vencer el egoísmo, la improvisación, el irrespeto, la deshonestidad, la violencia; si construimos desde el respeto y la generosidad una visión compartida y contribuimos todos, con fuerza, con la tarea de hacerla realidad.
Muchos de los jóvenes que hoy se gradúan en nuestras universidades creen que el futuro no queda aquí. Y tienen razones objetivas para pensar de esa manera. Sin embargo, también existen -y existirán en el futuro- en estas tierras las oportunidades que no hay ni habrá en otros lugares para los profesionales venezolanos. Y estoy seguro que incluso la experiencia de quienes hoy se van, contribuirá en un futuro no muy lejano a construir con fuerza los cambios que este país reclama.
El reto de construir un país justo, digno, decente, bueno, del que podamos sentirnos orgullosos, es sin duda un reto enorme, pero posible. A este juego le quedan más de 5 minutos y el marcador muestra que la diferencia es bastante menor que dos goles. Sí se puede. Con la fuerza de todos, si se puede lograr el país que queremos.
Muchas gracias.
Gonzalo Tovar
Vicepresidente de la Sociedad Venezolana de Urbanistas, adscrita al Colegio de Ingenieros de Venezuela
Caracas, 26 de Julio 2011

1 comentario:

  1. Los mas calurosos aplausos y felicitaciones Gonzalo, un discurso breve, sencillo y a la vez cargado de emotividad todo su contenido! Gracias!

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